Daniel Barceló Pastor, es uno de esos jóvenes artistas que llevan su pasión, el arte, hasta el máximo exponente y así lo refleja en sus obras.

Murciano, Licenciado en Bellas Artes por la UMH y Máster en Producción Artística por la Universidad de Murcia vive intensamente cada una de sus obras. No hay más que contemplarlas para percibir esa gran explosión de sentimientos y los estados de ánimo que ahí se reflejan.

¿Cuándo descubriste que te interesaba el mundo del arte?

– Es lo típico que decimos todos los artistas cuando nos preguntan esto, que de pequeño siempre pintaba o dibujaba, y hacía cosas con barro que buscaba en el campo después de llover. Pero creo que todos los niños aprenden a expresarse a través de lo visual, es decir, que aprenden a dibujar y a identificar conceptos visuales antes incluso de aprender a hablar.

¿Cómo definirías el estilo de tus obras?

– Pues ahora mismo, mi trabajo está más centrado en una investigación pictórica. Más que como cuadros aislados, los concibo como conjuntos relacionados dentro de un contexto y que funcionan mucho mejor como una instalación. Mi formación siempre se ha enfocado más hacia el campo de la escultura y, por lo tanto, con una implicación del concepto de espacio y volumen importante. No sé cómo definiría mi obra, pero intento desarrollar un lenguaje visual que funcione, que despierte cuestiones en el espectador. Me interesa como la imagen es consumida.

¿Has encontrado dificultades para exponer tus obras? ¿Dónde te gustaría exponer?

– Siempre hay dificultades para conseguir espacios de calidad o que te tengan en cuanta como artista para algunas exposiciones. Pero a veces van saliendo cosas interesantes en las que siempre estoy dispuesto a participar. Me gustaría exponer en una galería de Nueva York, seria genial, y me encantaría exponer en algún espacio de Murcia, montar lo que yo llamaría mi primera exposición individual en serio, que ya va siendo hora.

“Las redes sociales son un lugar idóneo para las oportunidades, pero también una pérdida de vida y de identidad”

Ahora están de muy de moda Internet, ¿Utilizas las redes sociales, tales como Facebook o Instagram para exponer tus obras?

– Las redes sociales son el lugar idóneo para las oportunidades, por la posibilidad de mostrar tu trabajo, conocer y que te conozcan, estar al día de todo en el sector. Pero también, una pérdida de vida y de identidad, de frustración.

A la hora de crear, ¿Cuáles son tus materiales preferidos?

– A mí me encanta el óleo y como huele el estudio cuando trabajas con él. Pero los metales siempre van condicionados por la idea. Aunque ahora estoy un poco pictórico yo creo que la cosa está en evolución.

¿Cuánto tiempo puedes dedicarle a una obra?

– A veces meses y otras veces una tarde. Cuando de verdad está terminada lo sabes. A veces sale a la primera, otras siempre estás pendiente de volver sobre ella.

¿Y tus referencias u obras favoritas? ¿En qué te inspiras para crear?

– Me interesa el arte contemporáneo y lo que hacen los compañeros artistas de mi generación. Me inspiro en las emociones y mis propias experiencias con los demás. Los temas que me interesan son en torno a cuestiones como la construcción de la identidad, los miedos y deseos. Los referentes para poder identificarnos y sentir pertenencia dentro de un grupo. Las relaciones intergeneracionales. Los mecanismos de poder en la construcción de identidad.

¿Cuáles crees que son las claves para apreciar el Arte Contemporáneo? ¿Te identificas con él?

Para apreciar el arte contemporáneo hay que acercarse a él, ver muchas exposiciones y de la misma manera en que aprendes a hablar, aprendes a entender o escribir en clave de arte contemporáneo. A base de ver y conocer obras y artistas.

“Es difícil vivir del arte”

Como en todas las profesiones, habrás encontrado dificultades ¿Se te ha pasado por la cabeza abandonar la profesión alguna vez?

– De hecho, abandoné casi inmediatamente después de terminar bellas artes, bueno no, lo dejé en ‘stand by’. Es difícil vivir del arte. He aprendido durante este tiempo otras profesiones como diseñador gráfico o de interiores, escenografía… trabajos creativos, pero donde hay más opciones de poder trabajar. Gracias a eso, puedo costearme el arte contemporáneo.

¿Crees que desde las instituciones públicas se destinan las ayudas necesarias para que pintores, escultores y artistas en general puedan seguir trabajando?

Bueno, todo eso de la cultura y las instituciones culturales públicas, es política. Y de política prefiero no hablar, ya sabemos bien cómo funciona todo. Por supuesto, nunca es suficiente. Hay instituciones que no pueden funcionar por la precariedad presupuestaria y a pesar de esto, muchas veces, salen proyectos interesantes gracias a la voluntad de sus directores o la capacidad de las personas para hacer cosas en común. Luego, hay galeristas que se lo montan bastante bien y no dependen tanto del dinero público. Los artistas, también, muchas veces trabajamos gratis, pero es responsabilidad de todos el crear un contexto cultural en el entorno.

Y la sociedad ¿Crees que valora el arte, tal como puede hacerlo con otras disciplinas como la música o la danza?

La sociedad en general no se acerca al arte contemporáneo y de manera inversa pasa igual. El arte es ciertamente exclusivo. Es un poco, como el “todo para el pueblo, pero sin el pueblo.” Creo que aún hay una brecha bastante grande, el arte sigue teniendo cierta elevación. Las redes sociales han contribuido a acercar el arte a la gente y hay algunos movimientos de arte público o territorial que hace más participe a las personas.

Para finalizar, ¿Qué planes tiene Daniel para el futuro?

– No quiero hacer muchos planes, lo que vaya surgiendo.  De momento trabajar todo lo que pueda. Quiero viajar que es una asignatura pendiente. Y sí que me gustaría poder montar mi propio espacio de arte y diseño, con talleres, exposiciones y venta de obra, mía y de otros artistas.

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